sábado, 16 de febrero de 2013

ODA A UNA URNA GRIEGA (1)





J. Keats escribió todas sus odas entre abril y mayo de 1819, excepto “Al otoño”, escrita en septiembre de ese año. Las odas constituyen un grupo de poemas que nace de una misma inquietud y que continúa y culmina el proceso poético de su autor. El poeta ahora se halla en un constante estado de indeterminación al reconocer el sentimiento de fracaso, de limitación humana y artística. Keats desarrolló las estrofas más características de las odas partiendo de la estructura del soneto, para adaptarla a un discurso que necesitaba mayor expansión.

Oda a una urna griega pertenece a su tercer libro Lamia, Isabella, la víspera de santa Inés y otros poemas (1820). Keats habla de una Urna especial, que le sorprende por su misterio suspendido en la eternidad y por lo que le revela: “La belleza es verdad, y la verdad es belleza” – Todo eso y nada más habéis de saber en la tierra. A través de la Urna se evade. De igual modo, mediante la revelación, vemos de nuevo el conocimiento con una perspectiva pesimista: “El pensar y el pesar”.

Las cinco odas constituyen una reflexión poética inigualable sobre la transitoriedad de las cosas, el deseo de morir, sobre la vulnerabilidad de la relación amorosa, la belleza en el arte y en la naturaleza.

FUENTES ARTÍSTICAS

Publicada por primera vez en enero de 1820 en Annals of Fine Arts, una revista dedicada a la difusión del arte griego, no parece que la oda corresponda a la descripción de una urna concreta. Keats se inspiró probablemente en las esculturas que había visto en el Museo Británico, algunos grabados y sus lecturas. Algunos críticos especulan con que Keats pudo tener como referenta la urna que aparece en el siguiente cuadro de Zoffany.

El título es de por sí significativo ya que en él une la poesía (oda) con reminiscencias del arte plástico, en este caso griego. 

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